Hace dos días, varios de mis compañeros (por cierto, un saludo a todos ellos y, en especial a uno que perdió, en el árbol más cercano, lo comido aquella noche...ja,ja,ja) salieron a las que, gracias a la ira de Saponi y la impotencia ante lo que se le avecina, serán habituales pegadas nocturnas.
Ayer volvimos a quedar en la local a las 24:00: los mecanismos estaban engrasados (los cubitos bien llenos de cola, digo) y, cepillo al hombro, nos recorrimos buena parte de nuestra bella, libre y cultural cáceres.
Estación de autobuses, Madrila Baja, Colón, Cánovas, Hernán Cortés,... todos sitios que fueron plagados de carteles que, desde un punto de vista un poco irónico (que no descalificativo hacia la persona de nadie) alentan a los jóvenes a votar el día 27 de mayo.
Cual fue mi sorpresa cuando, mientras estaba tranquilamente viendo "Blancanieves" en DVD (ehhhhhhhh, impresiones aparte y en persona y de uno en uno, por favor), recibo la llamada de Jorge y Paco para aparecer ya, ipso facto, inmediatamente, como queráis llamarlo, en la Provincial.
Allí me encuentro a los dos y a Edu: aquello en un principio parecía un gabinete de crisis.
-"¿Qué ha pasao?.
-Nada, que nuestro Sr. Saponi ha enviado a los de Coniser, a primera hora, a quitar todos y cada uno de nuestro carteles.
-Será ca... (ppiiiiiiiiiiiiiii...).
Este hombre y sus nuevas generaciones no creo que sepan todavía que, abriendo su propia caja de Pandora, nos han hecho un grato y gran favor.
Sr. Saponi, sepa usted que si no quería taza de arroz, se va a terminar ahogando en siete tazas de ésta: siete tazas de carteles para siete tazas de jóvenes incomformes con su política para ineptos y otros fachoides de guardar.
Compañeros, ánimo y mañana será otro día.
- Sr. D. José María Saponi, esta semana, no se si dándole al canto hondo o presentando su programa con visos a gobernar en la próxima legislatura.
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