lunes, 21 de abril de 2008

TUS OJOS. CÓMO TE DEFIENDES DE MÍ.


Cómo te defiendes de mí.

Cómo resistes,

desde la torre de la ausencia,

agitando el pañuelo para siempre,

sin forma ni color,

humo tan sólo,

aérea y rígida en tu nube,

diciendo adiós al mundo y a mis brazos,

muerta y levísima.

Cómo te defiendes de mí.

Cómo, al fin, me derrotas

y me sepultas, también a mí,

en la tumba sin flores del olvido,

donde mis huesos no conozcan

la senda de tu cobardía.


* "Necrofilia" de Luis Alberto de Cuenca (1983).

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