PESADILLA HECHA REALIDAD

Pensaba que era toda una falacia el rumor de que a Violeta Santander, novia del presunto homicida de el profesor Jesús Neira, le habían hecho una propuesta de invitación desde el programa “La Noria” de Telecinco; indignante me parecía que respondiera sin mayor problema el invite (“¡no puede ser, Mariví!”). De auténtica vergüenza que los telespectadores siguieran, la noche del pasado sábado, las palabras de esta persona en un programa que parece no responder, con este tipo de espectáculos dantescos, ante cualquier concepto elemental de la verdad ni ante la idea de bien, permitiendo que una individua, que bien se mide entre la demencia y el pánico provocado por las sesiones de maltrato físico y psíquico a las que ha sido sometida por sus agresores (recordemos que, anterior a esta relación, estaba vinculada sentimentalmente a otro agresor y que, por mucho que se niegue a reconocer la autoría del intento de homicidio a su actual pareja, bien me parece que vuelve a repetirse el historial de malos tratos hacia esta subsodicha persona) se pasee impasible ante lo sucedido: el profesor Neira se debate entre la vida y la muerte por intentar mediar en un caso de violencia física a la persona de Violeta Santander. Lo verdaderamente aberrante en este circo indignante es el hecho de que se le pudiera permitir a esta señora descargar la culpabilidad del encierro en prisión de su actual pareja al profesor Santander mientras que se embolsa la no despreciable cantidad de 70.000 euros y mientras que cientos de mujeres y hombres son víctimas de violencia de género (“¡serénate que tiene que ser un bulo!”).

La triste realidad rebasó los límites de un mal rato onírico y la pesadilla se convirtió en un festival de irresponsabilidades: en vez de la prestación de ayuda psicológica, a esta señora le hemos permitido, entre tod@s, que utilice “su verdad” como vía de escape de su imposibilidad a aceptar su condición de maltratada, refugiándose en una decadente imagen de mujer fuerte, inclusive, altiva y prepotente, defendiéndose inútilmente de las embestidas normales y necesarias, que no justificadas -puesto que la máxima responsabilidad al respecto la tiene la productora del citado producto televisivo y el resto del equipo responsable de revisar los contenidos del canal-, de los colaboradores de aquella noche.

Los días posteriores, este nuevo episodio de “panem et circem” televisivo fuera de toda razón de ser, ha sido la “comidilla” en el resto de tertulias y medios de prensa escrita y digital, haciendo que, lo que debiera haber sido un hecho aislado y sepultado de la memoria colectiva inmediatamente “a posteriori” de su retransmisión, se difundiera como la pólvora en todos los círculos de conversación, civil, especializada o no.

Puesto que esto es imparable, no cabe otra que acercaros un trozo de la entrevista subida a Youtube ya que, aunque lo ideal hubiera sido el complot de la audiencia contra la retransmisión, a estas alturas cabe la necesidad de no olvidar que este tipo de aberraciones no pueden consentirse más veces, y para recordaros que el profesor Neira, según testimonio de su mujer, siempre aleccionó a sus hijos de la importancia que tiene la denuncia si fueran, en alguna ocasión, testigos de un caso de violencia machista, recordándose también que, antes de caer en coma, el profesor estaba orgulloso de haber actuado como lo hizo…

Ahora son much@s los que plantean en encuestas hechas a pie de calle “la necesidad de ser, de forma gratuita y altruistamente, brutalmente agredidos por defender a otras personas sin más razón de ser que la obligación moral y cívica que tod@s tenemos para con tod@s”.